Se esperan unos espacios amplios para alternar con trabajo en casa. Los ‘millennials’ no quieren ser la ‘generación zoom’.
Dentro de lo todo lo que se pronostica que cambiará por cuenta de la pandemia, se ha hablado hasta del fin de las oficinas. Sin embargo, los expertos vislumbran que no morirán y, más bien, creen que serán objeto de transformaciones.
Empleados que hoy trabajan desde casa tienen algún grado de incertidumbre sobre qué se encontrarán de regreso a su puesto de trabajo cuando así lo dispongan las organizaciones y lo permitan las condiciones sanitarias.
Juan Carlos Delgado, country manager de Cushman & Wakefield, dice que las empresas siguen analizando cómo será ese entorno laboral y ese nuevo híbrido.
“Sabemos que hay un nuevo distanciamiento social que, por regla, debe cumplirse. Hay muchos clientes que hasta piensan volver a sus instalaciones el próximo año y hay algún grado de incertidumbre sobre qué hacer con ellas”.
Dudan entre la remodelación interna, de fondo, o adoptar unas adecuaciones mínimas.
“Las oficinas no van a desaparecer y lo que va a haber es un cambio. Se va a crear un ecosistema y una flexibilidad para crear cultura, productividad y bienestar desde los empleados. Los ambientes físicos y virtuales se van a combinar con el sitio de trabajo, casa y otros”, señala.
Puede que por el mismo distanciamiento necesite de la misma área o mayor espacio, según el negocio. “De pronto empezamos a ver, igual que hace 10 años, cubículos de media altura donde la gente trabajaba en un entorno cerrado”.
Según el experto, en el plano de los negocios se puede dar una renegociación con los dueños de las oficinas y si el contrato de arriendo se renueva se están fijando cláusulas con el fin de acordar nuevas condiciones dependiendo de la evolución de la pandemia, lo que obliga a sus propietarios a tener mayor flexibilidad en sus acuerdos comerciales a largo plazo. Agrega que hay empresas del sector público, de tecnología y de BPO que ahora buscan oficinas, para mostrar que la demanda no ha parado.
CARA A CARA, MEJOR
Karen Scarpetta, directora de WeWork Colombia, que ofrece espacios de trabajo flexibles, explica que en las primeras semanas de la crisis, “tratamos de subvalorar los espacios de trabajo, y muchos pensaron que eran cosa del pasado”, dice la ejecutiva.
“Con el paso de los meses, las empresas empezaron a caer en la cuenta de la importancia que tienen para el ser humano, para desarrollarnos, ayudarnos a crecer como seres sociales que somos y resolver problemas mediante una cultura colaborativa.
Tanto las personas como las empresas comenzaron a percibir el trabajo remoto como una opción complementaria, no un sustituto, de la colaboración cara a cara”, dice.
Al respecto, cita un estudio reciente de Hamilton Place Strategies en alianza con Replica sobre cómo la gente está imaginando trabajar en una era post-covid. Uno de los hallazgos es que solo el 12% de los trabajadores estadounidenses quieren laborar a tiempo completo desde su casa, y la mayoría (70%) quiere pasar la mayor parte de la semana laboral desde sus oficinas, así tengan la posibilidad de hacerlo desde su casa. Además, los millennials y la Generación Z no quieren ser la “generación zoom”.
El 81% de los millennials encuestados y el 82% de la Generación Z se sienten menos conectados si trabajan desde casa. La mayoría cree que el tiempo que pasan en videollamadas dificulta la ejecución de tareas y baja productividad.
OTRAS VISIONES
Rafael Álvarez, presidente de IC Constructora, dice que “surge la pandemia y el mercado se ajusta a algunos temas puntuales como la renegociación de contratos para empresas que deciden reducir sus áreas, por ejemplo”, dijo. “Esperamos en los próximos tres años una producción menor de la que veníamos teniendo. Tanto la oferta como la demanda se reducirán”, afirma.
Igualmente, pronostica una acomodación de lo productos ajustados a la situación, con menor densidad de empleados por metro cuadrado. Si antes hablábamos de 6 metros cuadrados por persona, ahora podemos estar pensando en 10, con más espacios de corredores y más aire libre por la ventilación.
Cree que el mercado se ajustará a esa nueva tendencia en los próximos tres años. “Este tema del teletrabajo tiene sus pros y sus contras, pero creemos que las compañías migrarán a un esquema más mixto por tiempos”.
“Claramente, el mercado de oficinas por productividad, por temas de cultura organizacional y por todo lo que conlleva un sitio con la identidad de compañía no va a desaparecer y, por el contrario se va a potenciar. Las transformaciones serán en el concepto del producto”, considera.
A su turno, Juan Pablo Castillo, director de estrategia de Sodexo LatAm, opina que el distanciamiento social va a ser algo bien importante con la ida a la oficina uno o dos días por semana. A su juicio, en los espacios donde habían tres puestos, ahora va haber uno para abrir más espacio, y temas como el suministro de alimentación también puede cambiar. Por ejemplo, un empleado puede tomar un producto de la oficina y llevárselo para su casa en lugar de consumirlo allí.
SELLO PARA BRINDAR CONFIANZA
Uno de los temores de los empleados para regresar al trabajo tiene que ver con que se les garantice bioseguridad. Así lo señaló un diagnóstico de la Corporación Fenalco, el cual evidenció que los empresarios temen que clientes y posibles inversionistas eviten ir a sus sedes.
Por eso, y para promover la confianza, Fenalco Solidario lanzó la iniciativa ‘Empresa comprometida con la Bioseguridad’, que incluye un código bidimensional
dinámico (QR) que almacena datos sobre atención a protocolos, prácticas de limpieza, y hasta cuantifica las tareas de prevención en una semana o mes de manera que colaboradores y visitantes comprueben que la organización cumple.
Fuente: Portafolio