Antes de la apertura, los dueños y administradores de edificios corporativos tendrán que ajustarlos a la nueva realidad.

Cushman & Wakefield ha creado un “Programa para regresar a los lugares de trabajo”, probado a nivel global.  Cuatro pasos prácticos componen el primer tema del programa para preparar el edificio, donde todo volverá a cobrar vida.

Bogotá, mayo de 2020. Retomar la actividad en un edificio corporativo que no ha sido ocupado por un período de tiempo significativo, exige considerar una serie de medidas antes de su apertura. Cushman & Wakefield, la empresa global más importante de servicios corporativos, elaboró un “Programa para regresar a los lugares de trabajo”, con normativas y recomendaciones basadas en la información sanitaria local y también en la recopilación de experiencias de los distintos países del mundo donde ya se han implementado exitosamente estas prácticas.

“Este material tiene como objetivo orientar a los propietarios, gerentes y operadores de los edificios, sobre los controles, tareas, evaluaciones y registros de riesgos del edificio que deben realizarse antes de la vuelta a la actividad para garantizar un entorno saludable y seguro para todos”, asegura Nicolás Garzón, Project, Facilities & Property manager de Cushman & Wakefield.

El Programa para regresar a los lugares de trabajo elaborado por Cushman & Wakefield incluye “Cómo preparar el edificio”, “Cómo preparar a los empleados”, “Cómo preparar los espacios de trabajo” y “Cómo comunicar con confianza”. El primer punto, sobre la edificación propiamente dicha, tiene cuatro sencillos y prácticos pasos:

Garantizar la seguridad de los trabajadores

La vida y la seguridad estarán por encima de todo, así que aquellas personas encargadas de los trabajos previos deberán ante todo velar por su integridad y la de la sociedad, en un ejercicio de autocuidado y responsabilidad, respetando las medidas que hoy el Gobierno Nacional ha decretado para el ejercicio de las actividades.

En esa vía, se debe capacitar a los operarios y colaboradores en el uso de elementos de protección personal (tapabocas, guantes, protección para los ojos e indumentaria), según requiera cada oficio o actividad, y en la implementación de protocolos alineados con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha hecho énfasis especial en el correcto y frecuente lavado de manos y el distanciamiento social.

Reforzar la limpieza y la desinfección

Se debe asegurar tener suficientes insumos para atender los nuevos requerimientos operativos como materiales, equipos, productos de limpieza y químicos y entrenar al personal para dar cumplimiento a estas nuevas rutinas de prevención.

Habrá protocolos de limpieza y desinfección que se deben seguir y que estarán ajustados a las particularidades de cada sitio, cuya frecuencia dependerá de la intensidad de uso del área.

Inspeccionar el equipamiento e infraestructura

Una revisión detallada de las instalaciones del edificio en especial sistemas mecánicos, de ventilación, contra incendios, cloacales, pluviales, portones de acceso y agua potable, asegurará que todos los servicios funcionen de forma correcta y segura.

Además, la evaluación física de los equipos permitirá detectar daños o problemas causados por la inactividad y solucionarlos antes del ingreso de los ocupantes.

Verificar los sistemas de ventilación y aire acondicionado

Planificar las medidas adecuadas de puesta en marcha de los equipos y acciones preventivas en cuanto a la sanidad del edificio, garantizará un regreso seguro. La calidad del aire y el confort térmico serán también temas primordiales. Por eso se debe comprobar el estado de los filtros del aire acondicionado, los niveles químicos del agua potable y la renovación del aire del edificio para obtener niveles óptimos de flujo fresco por cada habitación.

Prepararse para el primer día

Volver a darle vida a toda la operación empezará por ejecutar un plan de encendido y de verificación, permitiendo asegurar que no se afecte la vida útil de los equipos y realizar los ajustes necesarios para su buen funcionamiento. Los equipos se deben reiniciar en forma secuencial y mantenerlos en funcionamiento durante un periodo de observación, para comprobar su buen estado.

Fuente: Cushman & Wakefield